Las mujeres, mejor que nadie, sabemos lo que es lidiar con cambios hormonales. Hay momentos en que quisiéramos que estas fluctuaciones nos den un momento de descanso, pero también somos afortunadas por su presencia.
Los estrógenos, por ejemplo, tienen una situación protectora en nuestros corazones y en los capilares sanguíneos. Sin embargo, en la menopausia, y debido al cambio hormonal, los niveles de estrógeno y la calidad de bienestar de nuestro sistema cardíaco decaen, mientras que aumenta la posibilidad de padecer alguna enfermedad.
Ante esta situación existe la terapia de remplazo hormonal, que puede ayudar a contrarrestar la bajada en los niveles de estrógenos. Pero, hay estudios que demuestran que esta estrategia podría ser sólo efectiva cuando se comienza recién al inicio de la menopausia. Afortunadamente, existe una estrategia más efectiva: el ejercicio.
La evidencia de que la actividad física regular tiene beneficios al cuerpo, a corto y largo plazo, en hombres y en mujeres, está muy bien documentada. Ahora, un estudio realizado por dos investigadores de Dinamarca han demostrado que los vasos capilares pequeños en los músculos de las mujeres que se encuentran posterior a la menopausia crecen menos en comparación de las mujeres jóvenes. Por tanto, el ejercicio antes de que se presente esta etapa de la vida de ellas es más importante aún, con el propósito de que dichos capilares estén bien desarrollados y que haya una fuerza muscular relevante.
Esta conclusión surge de que los investigadores observaron los capilares sanguíneos en los músculos esqueléticos -los que se encuentran en las extremidades y abdomen-, mismos que cambian demasiado y que están afectados por cómo son utilizados, por ejemplo, en el ejercicio. Estas estructuras cardiovasculares, es decir los capilares, son importantes en tanto que es a través de ellos que hay un transporte e intercambio de oxígeno y nutrimentos, como azúcares y grasas, cuando son utilizados. Cuando hay una pérdida de estos capilares en el músculo esquelético, algo que sucede conforme se envejece, se podría incluso estar abriendo la puerta al desarrollo de la diabetes tipo 2.
Es así que este trabajo apoya la idea de que las mujeres se pueden beneficiar de mantenerse físicamente activas antes de la menopausia, con el propósito de llegar saludables a esta etapa de la vida.
El estudio original lo pueden encontrar aquí.
La imagen fue tomada de Wikipedia.