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La siesta de la tarde para mantener saludable al cerebro

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  • Las personas mayores de 60 años que toman siestas de al menos cinco minutos por la tarde tienen una mejor actividad cognitiva, a comparación de aquellos que no lo hacen.
  • Las siestas mejoran actividades como la orientación, el uso del lenguaje y la memoria.
  • Además de reducir el cansancio, echarse una siesta favorece consolidar memorias, prepararse para aprendizajes futuros, fortalecer el funcionamiento ejecutivo y aumentar la estabilidad emocional.
  • Los mejores resultados se vieron en las siestas menores de 30 minutos, de al menos cuatro veces a la semana.
  • Es posible que los beneficios de tomar siestas pueda reducirse conforme pasa la edad.

En un episodio de Seinfeld, George Constanza le dice a Jerry que ama una buena siesta. «Algunas veces es la única cosa que me saca de la cama por la mañana». Esta frase es una de las más famosas de esta serie de los años 90, sobre todo porque muchos de nosotros nos sentimos identificados. 

La evidencia científica alrededor de las siestas en adultos tiende a ser complicada. Por un lado, hay estudios que demuestran que tener sueño durante el día está asociado con un gran riesgo de desarrollar demencia o un declive cognitivo conforme se envejece. Por otro lado, hay trabajos que han demostrado lo contrario, que dormir una siesta por la tarde reduce el riesgo de desarrollar estas situaciones mentales, incluso retrasar su aparición de dos a diez años. 

La controversia se enciende cuando se mencionan los efectos sobre la salud. Hay estudios que aseguran que tomar siestas es saludable para evitar la hipertensión, la obesidad y la diabetes. Sin embargo, hay evidencia de que aquellas personas con obesidad, hipertensión, diabetes, depresión o ansiedad tienen una mayor probabilidad de dormir siestas a comparación de las personas sanas.

Para ayudar a robustecer la evidencia hacia uno u otro lado, un grupo de investigadores se dio a la tarea de explorar la relación entre las siestas de la tarde con la función cognitiva, en un conjunto de personas de origen chino y mayores de 60 años.

En el estudio, analizaron a un total de 2,214 personas, a quienes les consultaron sus patrones de sueño, su historial médico, además de que les realizaron exámenes físicos y neurológicos, así como un análisis cognitivo. De este total, 680 fueron considerados como «no siesta» y 1,534 como «sí siesta». A estos últimos se les consideró así si después de la comida dormían una siesta de al menos 5 minutos. A esos que sí duermen siestas también se les dividió en cuatro grupos:

  • 1 veces a la semana
  • 1-3 veces  
  • 4-6 veces
  • 7 veces

Por otro lado, el análisis cognitivo incluyó estudiar el espacio visual, la memoria, el lograr nombrar objetos, la capacidad de atención y de realizar cálculos, el pensamiento abstracto, la orientación y la función del lenguaje.

Los resultados demostraron que las personas que toman una siesta tienen una mejor actividad cognitiva a comparación de aquellos que no lo hacen. Esto es más evidente en el área del lenguaje, la orientación, en manejo de dígitos y fluidez del lenguaje, así como de la función cognitiva.

Aunque dormir siestas de máximo 30 minutos al menos cuatro veces a la semana demostró estar relacionado con una reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer en un 84%, tomar siestas largas puede resultar contraproducente.

Cabe mencionar que este estudio tiene limitantes. Pero parece robustecer la evidencia de que dormir una siesta de al menos 5 minutos al día es bueno para el cerebro. Y si no, al menos para motivarnos a salir de la cama por la mañana.

Pueden leer aquí el artículo del que se obtuvo esta información.

La imagen muestra el cuadro Flaming june, del artista Frederic Lord Leighton. Tomada de Wikipedia.

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