Para la tercera década de su vida, Beethoven y su círculo cercano tenía claro que la sordera estaba presente. En algunos registros se tiene cuenta de cómo este autor musical tuvo ideas de suicidio, pero también continuar viviendo para su arte. Incluso en uno de sus apuntes, Beethoven escribió “deja que tu sordera no sea un secreto – incluso en el arte”.
Comprender la sordera y sus múltiples causas es importante para ayudar a asegurar el bienestar de las personas que viven con ella –tanto los pacientes, como sus familiares y amigos-. Uno de los eventos relacionados con la pérdida de la audición es la demencia, pues se ha visto que la primera es responsable de una décima parte de los 47 millones de casos a nivel mundial.
Ahora, un grupo de científicos han propuesto que la sordera podría causar Alzheimer y que, al tratar la primera, se podría evitar el desarrollo de la segunda. Su estudio, de acceso abierto, lo han publicado el último día de agosto de este año en la revista Neuron.
Estos investigadores, pertenecientes a la Universidad de Newcastle, han considerado tres aspectos para llegar a esta hipótesis. El primero es que tanto la pérdida de la audición, como la demencia tienen causas comunes; el segundo es que la falta de percepción sonora lleva a una reducción en el volumen cerebral; y la tercera es que por la pérdida de la audición hace que otras partes del cerebro deban compensar este sentido y, por tanto, se vuelven incapaces de realizar sus tareas naturales.
Este tercer punto es relevante, pues los científicos proponen que el lóbulo temporal, asociado con la zona encargada del almacenamiento de memorias a largo plazo, también está relacionado con la memoria a corto plazo y la manipulación de información auditiva. Al cambiar en funciones para compensar la pérdida de la audición, podría promoverse la presencia de proteínas causantes del Alzheimer y, por tanto, desencadenar la enfermedad.
Es así que la hipótesis propone que la alteración en la actividad de la memoria a causa de la sordera podría promover demencia. Para llegar a este postulado, los investigadores han echado mano de algunos trabajos realizados en humanos y modelos animales. Una vez planteada la idea, ahora el reto se encuentra en demostrar con evidencia mucho más robusta que, efectivamente, la sordera puede desencadenar este o algún problema neurodegenerativo.
Mientras escuchamos la quinta sinfonía de Beethoven, seguiremos la pista de esta hipótesis.
Aquí se puede leer el artículo científico.
En la imagen se ve a Beethoven, pintado a sus cincuenta años. La hemos tomado de Wikipedia.