¿Qué pasaría si un panadero hiciera pan y luego no lo vendiera? ¿Qué pensaríamos de un pintor que, además de no sacar a la luz sus obras, criticara a aquellos que sí lo hacen? ¿Qué sería de un músico que compone sólo para él? ¿Por qué los científicos sí tienen derecho a comportarse así?
En un estudio realizado por tres investigadores de Estados Unidos, los autores analizaron las entrevistas realizadas a 97 investigadores del área de la biología y de la física en dicho país norteamericano. El propósito era conocer qué tipo de comunicación de la ciencia hacen, qué tan comúnmente la hacen y qué piensan de aquellos que realizan estas actividades. Los resultados son reveladores.
74% de los entrevistados consideran que existen varios impedimentos para comunicar ciencia: los científicos, la academia y las audiencias.
Los entrevistados creen que los científicos son comunicadores interpersonales pobres o que los que no son científicos los perciben como ineptos para comunicar. Además, algunos mencionaron que comunicar ciencia no es parte de sus labores y que ellos no son los indicados para difundir conocimiento científico.
Increíblemente, los científicos menosprecian a aquellos colegas que realizan actividades de comunicación de la ciencia. Al llamarlo “efecto Sagan”, los científicos creen que aquellos que se dedican a esta área profesional pierden mucho tiempo en estas actividades y que son personas que realizan un trabajo poco riguroso.
También consideran que el sistema académico valora más la investigación que otras actividades, por lo que creen que su tiempo no debería ser invertido en esto. Finalmente, 70% ve al público como ignorante y un 30% mencionó que las audiencias están desinteresadas.
No todo está perdido. El 58% de los entrevistados desarrolla algún tipo de actividad de comunicación de la ciencia. Las mujeres están más involucradas: 69% de las biólogas y 76% de las físicas realizan comunicación de la ciencia. Aunque no existe diferencia entre géneros de los que tienen hijos y los que no, sí que hay una divergencia dentro del mismo género: 81% de las mujeres con hijos hacen comunicación de la ciencia, a comparación de las 66% sin hijos; 50% de los hombres con hijos hacen lo propio. Además, poco más de la mitad de los recién licenciados comunican ciencia, mientras que sólo 1/3 de los posdoctorantes lo hacen.
La mayoría de los que realizan actividades de comunicación de la ciencia lo hacen en presentaciones en escuelas de educación básica, mientras que dar pláticas a un público amplio o escribir libros de ciencia está en un segundo lugar. También un sector pequeño se encarga de dar pláticas al sector productivo privado.
Aunque los autores de este trabajo concluyeron que cambiar las percepciones y actitudes hacia la comunicación de la ciencia es complicado, e incluso imposible, es más difícil modificar las funciones de los académicos, sus prioridades y las que tienen hacia las audiencias.
La comunicación de la ciencia debe ser vista como una responsabilidad de los científicos y, tanto ellos como las organizaciones académicas y las de ciencia y tecnología, tienen la responsabilidad para hacer que esto sea posible.
¿Qué pensaría Carl Sagan de la percepción de los científicos hacia la comunicación de la ciencia? ¿Qué pensaría el más grande de los comunicadores de la ciencia al saber que el efecto que lleva su nombre es usado como un estigma profesional.
Para leer el artículo completo, los invitamos a dar click aquí.
La foto muestra a un Carl Sagan feliz y la tomamos de su perfil de Wikipedia en español.