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Las poquísimas mujeres líderes en la salud mexicana

Carlos Gardel decía que cien años no es nada, ¿pero qué tal los 217 que necesitaremos para poder cerrar la brecha salarial mundial entre hombres y mujeres? Esto de acuerdo al Foro Económico Mundial. Para el caso del sector salud, en términos de la representación de género, también hay diferencias.

A nivel mundial, a pesar de que las mujeres son el 78% de la fuerza de trabajo en salud, una gran cantidad de ese porcentaje tiene posiciones operativas. Cuando abrimos el obturador a todas las ciencias, en el caso de Estados Unidos, las mujeres ocupan sólo el 36% de posiciones ejecutivas. ¿Qué pasa con el liderazgo mexicano en temas de salud?

Esta fue la pregunta que un grupo de investigadores mexicanos propusieron resolver. Partiendo del hecho de que en el sistema nacional de institutos de salud es inexistente la evidencia de representación cuantitativa de inequidad de género y de salarios en posiciones ejecutivas.

En un trabajo artesanal, los investigadores recolectaron datos sobre el promedio del salario mensual, el género, las posiciones ejecutivas del sistema nacional de institutos de salud.

Sus resultados, entre varios datos, arrojaron dos situaciones interesantes. En términos de los salarios, no existe evidencia de una diferencia en los salarios debido a que, en gobierno, la remuneración laboral es fija a la posición, sin importar las características de quien ocupe el puesto.

Sin embargo, sí que existe una distinción en el género de los altos ejecutivos, en tanto en que los puestos ocupados por mujeres son significativamente menores a los de hombres. Dicha distinción es mayoritariamente visible en los puestos más bajos, donde la mayoría son mujeres. También en los más altos. Tan sólo el Director General en los Institutos Nacionales, 12 puestos son ocupados por hombres y sólo hay una mujer.

Parece también que la antigüedad del Instituto tiene un papel relevante en el género de sus trabajadores. Mientras que el Instituto Nacional de Geriatría, el más reciente de todos, tiene una proporción similar entre hombres y mujeres en la posición ejecutiva, el 36% de los puestos ejecutivos del Instituto Nacional de Salud Pública son de mujeres; en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán ocurre lo propio en el 11% de los puestos ejecutivos.

Los autores mencionan que la brecha de género en el caso del área médica se puede explicar por, al menos, la existencia de dos fenómenos: el techo de cristal, una metáfora que explica las barreras “invisibles” que evita que las mujeres tengan promociones en términos profesionales; el segundo es el sesgo implícito, que son todas aquellas actitudes y estereotipos inconscientes que influyen nuestro juicio hacia las mujeres.

Finalmente, los autores concluyen que la baja representación de las mujeres en posiciones de alto nivel en los asuntos médicos gana importancia cuando tomamos en cuenta que otras instituciones de salud mexicanas tienen peores condiciones en términos de inclusión y de labor por reducir esta brecha de género. Esto nos obliga a realizar un monitoreo constante.

Recordemos que, en México, las mujeres trabajan 15 meses para poder ganar lo mismo que lo que ingresa un hombre en 12.

Para leer todo el estudio, de acceso abierto, les dejamos el siguiente link.

La fotografía fue tomada de este sitio.

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